Hola amig@s:
Los que habéis leído El Maestro de Jarcia me comentáis que hay algunas cosas que no conocéis por ser muy técnicas del mundo naval y, como yo no quiero parecerme al amigo Patrick O'Brian, intentaré ir dando respuesta desde el blog.
Por ejemplo, en los incendios que aparecen en la trama se utiliza un dispositivo que se llama frasco de fuego. Con la descripción que hago en la narración, a lo mejor, no os podéis hacer una idea clara de lo que era o del aspecto que tenía. Así que, para evitarlo, os pongo una foto del artículo en cuestión.
El frasco, normalmente, se utilizaba en los abordajes de las embarcaciones del siglo XVIII. Con mechas cortas azufradas y llenas de líquidos o materias inflamables como pólvoras activas, permitían que, con sólo impactar, sobre la cubierta, los palos o el velamen enemigo se inflamaran. En buques de madera, con cabos de cáñamo embreados, también combustibles y lonas de cáñamo en el trapo de las vergas su uso era dramático. Una buena tripulación bien entrenada que no persiguiera capturar al contrario podía convertirlo en una pira en cuestión de minutos. Otro día os hablaré también del infernal uso de la bala roja.
En el caso de la novela veréis que se el frasco de fuego se utiliza de una forma más perversa, así que os invito a que lo descubráis leyéndola.
Un abrazo y aquí tenéis al protagonista de la historia.