miércoles, 22 de junio de 2011

Una batalla de jabeques en el siglo XVIII

Hoy os traigo una fuente muy interesante para entender los combates navales del siglo XVIII. Tenemos que distanciarnos, para ello, de las manidas peliculas americanas, en las que los marineros corren como locos siguendo órdenes tan extrañas como "levar las vergas" o "izar el bauprés". Parte se lo debemos al doblaje español pero, vamos, la voz original también está llena de elementos, digámoslo así, raros. 

Volviendo al artículo de hoy se trata de un informe entregado por José Barceló, hermano del gran marino español Antonio Barceló, conocido como capità Toni, entre otras muchas formas de llamarle. El papel se incorporó al parte de campaña de la misma acción que Antonio Barceló enviaría al marqués de Esquilache a finales de enero de 1766.

El original lo podéis encontrar en el Arxiu Municipal de Palma de Mallorca y su trascripción apareció en el artículo siguiente: J. Llabres, "Un encuentro naval conmemorado en un ex-voto(1766)", en Revista General de Marina, nº 183 (1972), pp. 379-388.

Relación de lo acaecido al jabeque San Antonio desde el 21 del corriente hasta el 22 inclusive, sobre la caza de un jabeque argelino. Día 21, a las tres de la tarde, emprendí la caza de las embarcaciones que se avistaban lo más a sotavento, llevando de aparejo principal trinquete latino, pichola y mesana, siguiendo la navegación por el tercer cuadrante a las siete y media de la noche, estando inmediato por su barlovento y reconocido ser jabeque el que perseguía, largué la insignia, a lo que correspondió con la suya argelina, que advertí por hallarse muy próximo, e inmediatamente rompí fuego, aunque con mucho trabajo por la incomodidad de la gruesa loar que pasaba de borda a borda, y le continué hasta las once y media con la batería, trabucos y fusilería, correspondiendo el enemigo igualmente a todas las descargas, excepto a la última; y viendo que por instantes crecía la mar, tanto que no se podía cargar la artillería sin que se mojara la pólvora, cesé el fuego y procuré mantenerme a su barlovento muy inmediato, por si conseguía el que se calmase algo el tiempo, que permitiese cargar los cañones, hasta las cuatro y media de la mañana, al tiempo de ponerse la luna,que, refrescando el viento más por el NE. con chubascos y enfuscándose los horizontes, me fue preciso dar los treus, en cuyo intermedio se perdió de vista, estando al NO de cabo Falcón, a distancia de 18 leguas.Al salir el sol se avistó una embarcación por el OSO, que consideraba ser la enemiga; me puse en su demanda y reconocida fue una fragata francesa, no descubriéndose otra embarcación, y llamándose el viento más a la travesía de la costa de la Berbería; por obviar un empeño de ella determiné ponerme la vuelta de la mía a tomar de este fondeadero si el tiempo me lo permitía, el que conseguí a las tres de la tarde del día 22.

A bordo del jabeque San Antonio, al ancla en la bahía de Algeciras, a 24 de enero de 1766.— José Barceló (rubricado).

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