viernes, 3 de junio de 2011

Carta al historiador Manuel Díaz Ordóñez por Antonio Lozano Herrera

Hoy os traigo una nota que D. Antonio Lozano ha incorporado a su perfil de FaceBook que trata sobre la presentación de El Maestro de Jarcia en sevilla el 19 de mayo del 2011.


Hoy mi texto es para ti amigo Manuel, para agradecerte tu invitación para asistir el pasado jueves, al que fuera la presentación de tu última novela “El Maestro de jarcia” y con ello, permitirme aprender escuchando tus palabras, una parte importante de la Armada española, que desconocía hasta ese día.

Puedo presumir de poseer amplios conocimientos, sobre la Artillería (de Campaña, Antiaérea, y de Costa), incluso sobre nuestro Ejército de Tierra en general, pero debo reconocer, que en lo relativo a la Aviación y la Marina, existen en mi, demasiadas lagunas pendientes de rellenar.

EXPOSICION POR EL AUTOR DE SU OBRA
Durante una hora, en el extraordinario marco de nuestro Museo Histórico Militar de Sevilla, situado en la emblemática Plaza de España, me introduje en un mundo distinto, donde convertido en un valeroso corsario, surqué mares navegando en enormes buques, participé en batallas, icé velas, y amarré jarcias, llegando a creerme, uno de los personajes de tu maravillosa novela. Por unos minutos retrocedí al siglo XVIII, y me convertí en aquel joven guardia marina protagonista de tu historia, viajando por los puertos de Barcelona, Tortosa y Cartagena.

Llegué a conocer a Joan Montserrat, ese humilde y bondadoso maestro en la industria de la jarcia. También supe de María Beltrán, esa enigmática espía, que dota de intriga a la narración.

MANUEL DIAZ ORDOÑEZ DEDICANDOME SU LIBRO
Jarcia”, palabra que hasta ayer desconocía, y con la que tú me demostraste, que de una cosa aparentemente sencilla, se puede crear un gran relato. Porque a nadie como a ti, se le podía ocurrir escribir sobre la soga, la cuerda, la maroma, encargada de dirigir, los palos que soportan las grandes velas de las embarcaciones. En definitiva, sobre algo que aparentemente carece de un valor documental, pero que tú de forma sorprendente y con una sencillez exquisita, llegaste a convencernos, de que equivaldría al petróleo en la navegación actualidad. ¡Qué sería de los buques, sin esos aparejos que sostienen y dirigen a los miles de metros cuadrados de tela llamados velas! ¿Cómo se manejarían?

PORTADA
Me demostraste que una cosa tan insignificante en apariencia, tiene igual o mayor valor que la carcasa, el armazón, o la cubierta, el timón, o los inmensos cañones de un gran buque de guerra. Sin algo tan simple, no se podría navegar en aquella época. E importante debía de ser, cuando de poco más de mil toneladas que pesaba un buque, más de ochenta, lo componía el conjunto de jarcias. Y aprendí que su nombre jarcia, también es el conjunto de cabos y cordajes, empleados en el amarre de un barco, y que según el momento, se fabricaban en cáñamo o esparto, y todo ello, descrito dentro de una aventura intrigante repleta de espionaje, sabotaje y traición, sin olvidar el amor, en aguas y puertos de nuestro Mediterráneo.

Pero lo que más me sorprendió fue la forma de convencernos como por desgracia, conocemos mejor la historia ajena que la propia. Y para demostrarlo, colocaste la fotografía del Vizconde Horatio Nelson, Vicealmirante de la Marina Inglesa, y preguntaste a los congregados, ¿quien conocía al personaje? Fueron muchos los que alzaron la mano y contestaron sin dudar, saliendo de inmediato a debate aquella nefasta batalla de Trafalgar en la que perdió la vida en 1805.

HORATIO NELSON
A continuación apareció la imagen de Blas de Lezo, Teniente General de la Armada Española, conocido como Almirante Patapalo o Mediohombre, por sus cuantiosas heridas en batallas navales, siendo reconocido como uno de los mejores estrategas de la historia. Muy pocos fueron los que supieron acertar de quien se trataba, y solo levemente, se comento la Guerra de Sucesión, y la heroica defensa de Cartagena de Indias, allá donde falleció en 1741, debido al contagio de la peste, que se agravó con las secuelas de sus lesiones, en fragante y valeroso enfrentamiento armado.

De esta forma tan simple, y ante consagrados asistentes en la historia naval, demostrarte de manera genial, que tenemos un mayor conocimiento de los héroes extranjeros que españoles.

Manuel, ayer me enteré de que además de ser Licenciado en Geografía e Historia, y un prestigioso investigador en el ámbito naval, eres Alférez de Fragata Reservista Voluntario, por lo que además de amigo, te convertiste en compañero.

A pesar de que tan solo hace seis años de tu tesis doctoral, ya te has convertido en un prestigioso especialista en nuestra Historia Naval, Y prueba de ello son los importantes galardones obtenidos en estos últimos años, donde entre otros destaca el Premio Virgen del Carmen, otorgado por la Armada Española.

BLAS DE LEZO
Me quedo con tus palabras: "He pretendido escribir una novela que nos lleve en volandas hasta el siglo XVIII, sus barcos y sus gentes. A sentir la brisa de la mar y el miedo del combate. Que nos haga vibrar con la acción y dudar sobre si los protagonistas son quiénes dicen ser o por el contrario todo es una gran mentira. Pero sobre todo, he querido dar a conocer esa parte de nuestra Historia, palpar a esos personajes tan excepcionales y desconocidos. En definitiva, una historia que enganche al lector."

Enhorabuena por la exquisita presentación de tu libro "El Maestro de jarcia", y por tu ardua labor en el rescate de parte de nuestra historia, esa que muchas veces olvidamos, y de la que como bien dijiste, tenemos que sentirnos orgullosos.


Un abrazo compañero.

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